¿Sigue siendo el Acero una solución sostenible en la construcción?

Todos somos conscientes de la cantidad de recursos que se utilizan en la construcción.

Hoy en día, las normas de sostenibilidad y el impacto medioambiental son primordiales y, el atractivo de la construcción ecológica es inigualable. Asimismo, a medida que se llevan a cabo más y más proyectos de construcción en los que se hacen especial hincapié en las buenas prácticas ambientales, la sostenibilidad de algunos materiales tradicionales de construcción se ha puesto en tela de juicio.

El acero, uno de los materiales más usados, destaca por su durabilidad, alta resistencia a la compresión, larga vida útil y la notable capacidad de reciclaje, con un índice de reciclabilidad del 100%. De hecho, gran parte del acero que se utiliza hoy en día es una prueba de ello. Además, es considerado una solución sostenible por una serie de razones únicas:

Reciclable

Para la construcción de su estructura se optó por el uso de hormigón bajo en carbono y acero reciclado. Uno de los elementos que elevan el estatus del acero como material sostenible es su extraordinaria capacidad de reciclaje.

Es uno de los pocos metales empleados en la construcción que puede reciclarse de manera ilimitada sin perder sus propiedades esenciales.

Cuando un producto de acero alcanza el fin de su vida útil, puede ser reutilizado en su forma original o fundido y remodelado para nuevos proyectos, lo que contribuye a disminuir los desechos generados por la construcción.

El acero se recicla tanto que todos los nuevos productos de acero contienen un porcentaje de
contenido reciclado. El acero nuevo, por ejemplo, contiene una media del 40% de acero reciclado.
Cada año se recicla una media de 1085 millones de toneladas de este material, una cifra que supone
un reciclaje de 34 toneladas de acero por segundo.

Aplicado al impacto ambiental, se evita que entren en la atmósfera unos 950 millones de toneladas de CO2, 1.000 millones de toneladas de mineral de hierro y la energía equivalente a quemar unos 280 millones de toneladas de carbón (si se compara con la producción del acero a partir de la extracción de mineral metálico).

Resistencia y Durabilidad

El acero es increíblemente fuerte y tiene una resistencia muy alta a esfuerzos de tracción y compresión, lo que significa que puede utilizarse para formar elementos estructurales portantes. A menudo, esto significa reducir el número de columnas de soporte a construir y utilizar menos recursos para llevar a cabo el proyecto en general.

Además, la durabilidad del acero le otorga una vida útil excepcionalmente prolongada. En promedio, las estructuras de acero tienen una duración que oscila entre 50 y 100 años. A diferencia de la madera y otros materiales de construcción, el acero no se pudre, no se agrieta, no absorbe agua y no se ve afectado por la acción de insectos ni otras plagas.

En términos prácticos, esto implica que el de acero requiere un mantenimiento mínimo, disminuyendo la huella de carbono global de cualquier proyecto durante todo su ciclo de vida operativa. Por supuesto, el acero es susceptible a la oxidación, pero incluso esto puede mitigarse si se seleccionan los productos adecuados y se adopta una solución constructiva adaptada a los factores externos previsibles.

Eficiencia Energética y Estanqueidad

Los materiales de construcción tradicionales, como la madera, el ladrillo y el hormigón, son conocidos y empleados, en distintas situaciones, por su masa térmica, lo que significa que pueden absorber y almacenar calor. Si bien esto es una ventaja en algunos climas, también puede dar lugar a mayores costes de calefacción y refrigeración en los edificios.

El acero, por el contrario, tiene una masa térmica baja debido que no absorbe ni almacena tanto calor. En cambio, aísla mejor de las fluctuaciones de temperatura, lo que da lugar a espacios más confortables y a menores costes de calefacción y refrigeración.

Además, la construcción hermética de los sistemas estructurales de acero ayuda a evitar las fugas y el correcto flujo del aire, mejorando aún más la eficiencia energética. En general, la incorporación de estas en el diseño y la construcción de edificios, puede tener un impacto positivo en el medioambiente y en el balance final.

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Aun siendo un recurso no renovable y a pesar de la contribución relativamente importante de la industria siderúrgica a las emisiones anuales de carbono del mundo, el acero sigue siendo considerado un material de construcción sostenible por muchos programas de certificación de edificios sustentables.

Gracias a su flexibilidad, reciclabilidad, rapidez de construcción, resistencia, durabilidad y una fabricación de bajo consumo energético, la construcción con estructuras ligeras de acero continúa siendo una gran opción a tener en cuenta.